domingo, 25 de abril de 2010

Es sólo una cuestión anímica!

En el mundo del fútbol aparecen situaciones que no tienen explicaciones concretas y lógicas. Una de esas situaciones la suscita la diferencia de calidad en las presentaciones que de una temporada a otra ofrece un equipo o las distintas caras que muestra en una misma temporada. ¿Dónde se puede encontrar alguna de las causas que originan esos efectos? A mi entender, en el ámbito emocional, en lo anímico.

Las personas, seamos o no muchas veces conscientes de ello, vivimos instaladas en diferentes y cambiantes estados de ánimo. Esa mezcla de pensamientos y emociones que pueden acompañarnos durante tiempos suficientemente largos y que condicionan, en gran medida, nuestro desempeño. Y no sólo eso, también condicionarán nuestros horizontes y expectativas.

Creo que todos hemos experimentado a lo largo de nuestra vida las diferencias existentes en situaciones que hemos encarado invadidos por la tristeza y el miedo o por la confianza y la ambición. Si eso ocurre a nivel personal, a nivel de equipo (como grupo de personas que es), la dinámica es muy parecida.

"Este equipo está muerto", "No tiene cabeza" o "Muchos caciques ningún indio", "así como está ahora, a este equipo lo podría entrenar hasta yo", "Es una maquinaa perfecta", "El equipo está mal armado", "Es un equipo que siempre se levanta"... son frases que utilizamos o escuchamos bastante seguido en conversaciones futboleras para explicar los comportamientos de jugadores o equipos. Pero si reconstruyéramos esos juicios, si fuéramos un poco más allá de lo que decimos, detectaríamos en el trasfondo de esas expresiones estados de ánimo diversos (tristeza, miedo, desconfianza, desorientación, seguridad, confianza, ambición...) que los condicionan.

En su inicio, Independiente transmitía sensaciones muy alentadoras pero entró a la cancha en el clásico y su fútbol no mostraba claridad, sus jugadores parecían confusos y sin demasiada chispa, su fútbol era previsible y por tanto, al no manejar diversidad en él, no se contaba con la sorpresa y se convertía en un equipo relativamente sencillo de contrarrestar. El rendimiento del equipo era poco fiable. De ese tiempo a esta parte, el equipo aún parece no saber a qué juega tanto cuando no tiene la pelota como cuando es dueño de ella. Y uno de sus peores problemas es el cambio a nivel anímico que se ha generado. Ojalá, a partir de esta tarde, tenga que decir: Los jugadores irradian confianza, convencimiento y seguridad en lo que hacen, amenazando en convertirse en un buen equipo de fútbol. Porque hasta ahora, se desempeñaron bastante bien en lo personal, pero ni en los dos partidos ganados, jugaron como un equipo.

Por tanto, siendo concientes de que los estados de ánimo están siempre presentes, condicionan nuestro actuar y que se caracterizan por durar más que las situaciones que los originan, será conveniente y beneficioso prestarles la atención debida. Primero, para detectarlos y después, si es que son negativos y se alargan en el tiempo, destinar esfuerzos en modificarlos.

Acá lo importante es depositar nuestra confianza en el equipo y esperar a que ellos nos devuelvan lo que reciben. No esperemos que nos den alegrías si reciben malas ondas... Dejemosnos de pavadas, cartitas, volantes, y camarillas principalmente (si es cierto que las hay!) y tiremos todos para adelante porque es la única forma de salir. No nos pasa solamente a nosotros esto de tener una mala racha: "Esto se da porque el equipo no gana. Cuando se produzcan tres triunfos consecutivos el reclamo de los hinchas se va a acabar. Así es el fútbol" José María Aguilar, presidente de River Plate; jajajaa a modo de ejemplo, nada más!!!!

ESTA TARDE TIENE QUE SER NUESTRA... FUERZA LEONES!!!! A CALLAR BOCAS Y LLENAR CORAZONES!!!!!